30 may 2007

Estudios de Telecentros


1. El Barrio


El Raval es un barrio de Barcelona, en el distrito de Ciutat Vella, nacido de la ampliación de las murallas medievales de la ciudad, aunque es probable que existieran asentamientos anteriores. Durante muchos años fue popularmente conocido como el Barrio Chino de Barcelona.


Se halla delimitado por La Rambla, Calle Pelai, Ronda Sant Antoni, Ronda Sant Pau, Avenida del Paral·lel y Paseo Josep Carner. Entre sus principales arterias destacan la Calle Hospital, la Calle Nou De La Rambla y la recientemente creada Rambla del Raval.


Se ubica a la derecha de las Ramblas, descendiendo desde Canaletas hacia el mar, es un barrio de calles estrechas. Un barrio del que la mayoría de la gente tiene una imagen basada en los prejuicios. Aloja entre sus callejones alguno de los lugares más emblemáticos de la ciudad: el Liceo, el Palacio de la Virreina, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, la Biblioteca de Catalunya, el Mercado de la Boquería, el Centro de Cultura Contemporánea, la Iglesia de Sant Pau, y otros monumentos singulares. Contrastando con la realidad de la globalización en los centros urbanos del mundo; “la centrificación” Hoy por hoy un crisol de culturas amalgamadas en una sola sociedad: “la urbana de Barcelona” conviven en el raval compartiendo el espacio público entre los vecinos antiguos barceloneses que según se estima son aproximadamente el 5 % de la población frente al 15% comunitario y al 75 % no comunitario; los comercios pakistaníes, indios, chinos, sudakas, peluquerías, los bares de casi veinticuatro horas, alguna mezquita, iglesias evangélicas, otras católicas, sociedades secretas, prostitutas de calle que dividen sus espacios por lugares de origen; vendedores de sustancias psicoactivas, personas indigentes enganchadas a ellas y al dolor de la abstinencia; turistas que festejan la libertad de hacer lo que no hacen en sus países como vomitar en las calles al típico compás de la BCNeta después de atiborrarse de cerveza y los niños cuya realidad es crecer mirando lo que sucede sin ningún secreto como parte de la vida misma.

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